Referencia del artículo: Magnitud y manejo de la hipercolesterolemia en la población adulta de España, 2008-2010: el estudio ENRICA. Rev Esp Cardiol. 2012;65:551-8. – Vol.65 Núm 06 DOI: 10.1016/j.recesp.2012.02.005
El estudio ENRICA se realizó entre los años 2008 y 2010 en más de 11000 individuos españoles de más de 18 años, con el objetivo de dimensionar la magnitud de la hipercolesterolemia y cómo se maneja terapéuticamente en nuestro país. Este estudio es de los más recientes de características poblacionales que nos da una fotografía perfecta de la situación en estos momentos. Para aquellos que no lo sepan el nombre ENRICA se corresponden con las siglas del Estudio de Nutricion y Riesgo Cardiovascular, que es de donde se exportan los datos de referencia. El estudio no tiene desperdicio y quiero llamar la atención a todos los blogueros a que le echen un vistazo y reflexionemos sobre lo que hacemos en nuestras consultas de Atención Primaria, y muy importantemente, sobre la dramática situación de la hipercolesterolemia en nuestro país. En esencia, algo mas de la mitad de los españoles tienen el colesterol elevado, siendo el control del mismo bastante deficiente, curiosamente menos en aquellos que presentan mayor riesgo cardiovascular. Este dato concuerda con el mal control de la hipertensión arterial en los pacientes con elevado riesgo, puesto de manifiesto en el estudio Cumple-MEMS, que ya hemos referenciado en otro momento en este blog. Me llama la atención varios aspectos a destacar. La cifra de colesterol total que se toma como referencia es de 200 mgr/dl, y más de un 46% de ellos, que son hipercolesterolémicos, aseguran no ser conscientes o no saberlo. Esta situación me parece grave, pues pone de manifiesto que el paciente no se entera de lo que el médico le explica, o bien la comunicación médico-paciente no es adecuada. En el estudio que realizó el Grupo de Actividades Preventivas (GAPS) de una conocida sociedad científica dirigido por entonces por la Dra. Dulce Ramírez, apoyado y financiado por el Ministerio de Sanidad en el año 2009 con respecto a la salud global de la mujer, ya se evidenciaba de manera notable este dato, no solo en la hipercolesterolemia, sino en otros aspectos de gran trascendencia para la salud de las mujeres, como el desconocimiento y falta de actuación de otras actividades preventivas como en la osteoporosis, ejercicio, dieta, etc. Este grupo de investigación evidenció que el problema con alta probabilidad estaba en una mala comunicación. Yo añadiría que los profesionales de la salud no estábamos suficientemente bien formados en estrategias de comunicación, pedagogía orientada al cambio de hábitos en el adulto, etc. Esto hace que las actividades preventivas en las consultas de Atención Primaria, no sean suficientemente eficaces. Esto se pone de manifiesto también en el estudio ENRICA cuando vemos que muchos de ellos no son conscientes ni siquiera de que deben de realizar una dieta y ejercicio físico.
En el estudio del GAPS, se puso de manifiesto que existía un cierto sesgo de género, es decir, que la percepción del riesgo cardiovascular de las mujeres por parte de su médico, difería si el paciente era hombre o mujer. Normalmente se tiene la percepción de mayor riesgo cardiovascular si el paciente es hombre. Este dato se confirma en el estudio ENRICA, pues el tratamiento con hipolipemiantes es menor en mujeres que en hombres, aunque los autores lo condicionan a que el riesgo es mayor en hombres. Aquí se debería realizar un análisis más exhaustivo y fino con respecto a la variable edad, pues como es bien sabido la curva de riesgo varía notablemente en mujeres mayores por efecto de la menopausia. Sólo el 55% de los pacientes logran controlar sus niveles de colesterol, algo sorprendente y que asusta.
El estudio avanza que el control es mayor por parte del especialista hospitalario que por parte del médico de familia y lo que adelanta a este respecto como explicación es que en Atención Primaria se derivan los pacientes con mal control al especialista hospitalario. Esta explicación me parece algo pobre y carente de solidez para justificar este dato, que de ser cierto y no tenemos porqué dudar de la fiabilidad de los datos, justificaría por sí solo, una profunda revisión de lo que hacemos en nuestras consultas de Atención Primaria. Los datos son bastante preocupantes para el primer nivel, pues llegar a la conclusión de que los especialistas en crónicos y patologías de alta prevalencia (los médicos de familia), con gran formación en prevención, herramientas psicosociales y acceso al núcleo familiar y social del paciente, no controlamos adecuadamente la hipertensión, la hipercolesterolemia y la diabetes, es para reflexionar, desde la crítica severa de nuestro día a día en las consultas. Yo aventuro un motivo para la meditación: los médicos de familia españoles, que presentan una importante y excelente formación (quizás una de las mejores del mundo), desempeñan su trabajo en un marco organizativo inadecuado para que sus estrategias de salud individual y poblacional, tengan el impacto necesario en los marcadores de salud de la población. Ahí lo dejo…, pero vosotros podéis seguir reflexionando sobre ello.
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