Nunca un artículo ha sido tan pertinente como el que os propongo hoy, y que nos ha facilitado un colaborador del blog al que ya conocéis, Aser. Se trata de un artículo aparecido recientemente en BMJ, acerca de la anticoncepción de emergencia. En un momento en el que en nuestro país los demagogos de la sanidad se apuntan al carro de la crítica y la especulación sobre liberalización de la anticoncepción de emergencia sí o no, no está mal un poco de ciencia de la buena; es decir, un artículo aséptico, en un revista de prestigio médico, como la BMJ.
Referencia del artículo: Therapeutics Emergency contraception. BMJ 2012;344:e1492
En este articulo se aborda la realidad británica, que no debe de estar muy alejada de la española y donde se aprecia un consumo de anticoncepción de emergencia de un 7% en el último año. Si tenemos en cuenta que cada vez son mas agresivas las políticas de prevención del embarazo no deseado, resulta paradójico, que cuanta más información, educación para la salud, información a padres y colegios sobre los métodos anticonceptivos, se sigan produciendo incrementos en el porcentaje de jóvenes que no utilizan anticoncepción ni métodos barrera y tengan que recurrir a un método e emergencia.
En nuestro país y en las consultas de Atención Primaria son frecuentes las visitas de jóvenes reincidentes que acuden con cierta asiduidad a los dispositivos de urgencias en fin de semana, o bien a la consulta de su médico de familia, en busca de la tan deseada píldora del día después. En algunos casos, es tan frecuente, que casi se convierte en una costumbre y hábito, el tomar este tipo de fármacos después de haber tenido relaciones sexuales. Esta situación no deja de representar un fracaso del sistema, cara a la educación sanitaria.
En este articulo de BMJ se realiza un análisis genérico de la utilización, efectividad y efectos secundarios de dos de los fármacos más utilizados en la anticoncepción de emergencia, el levonogestrel, progestágeno por excelencia, y el acetato de ulipristal, que es un modulador de los receptores de progesterona y compara a ambos con el DIU. Aunque en este estudio parece la balanza se inclina mas a favor del acetato en cuento a eficacia y efectividad, sigue siendo el levonogestrel el más utilizado, quizás, porque la difusión y comercialización de este fármaco sea mayor en las farmacias británicas.
Un motivo para la reflexión y que produce cierta sorpresa, es aquel que hace mención a que la estadística y estudios realizados al menos en el Reino Unido, no parece que la utilización de la anticoncepción de emergencia reduzca la tasa de embarazos no deseados y de abortos. Esta cuestión es de vital trascendencia. Tal es así, que en nuestro país se deberían hacer estudios serios acerca de este asunto y de cómo se comportan las infecciones de transmisión sexual versus anticoncepción de emergencia. Solo este camino serio y con rigor científico, es el que tendríamos que adoptar para acallar a los demagogos sanitarios tanto del si a toda ultranza como a los del no recalcitrante.
Enlace al artículo: http://www.bmj.com/content/344/bmj.e1492