A mí particularmente el término «abuelo», me gusta. Ya sé que es políticamente incorrecto, y que lo adecuado seria hablar de “mayores”, pero para mí, y como declaración de principios, el concepto abuelo, conlleva una connotación cariñosa, cálida, familiar.
Los médicos estamos muy habituados a los abuelos, es normal, los grandes avances de la medicina y de la ciencia contemporánea, han incrementado la expectativa de vida y hemos pasado a superar los 80 años. Esto es así, de tal manera que cuando un paciente fallece con menos de 80 años, nos atrevemos a decir que falleció cuando aún era joven. . Aunque legalmente la frontera de los 65 años marca el periodo entendido por tercera edad o fase de mayores, nuestra percepción y vivencia es que, este límite está más próximo de los 80 años que de los 70. En esta connotación legal o administrativa tenemos una de las mayores falacias que se pueden argumentar para con los mayores. Desde los albores del siglo XX, hasta la actualidad, la connotación de mayor tenía una serie de atributos de características negativas. Tal es así, que el paso de esta frontera se establece, al menos hasta ahora, en los 65 años, porque es la edad de la jubilación y por lo tanto, la época de la vida no productiva desde el punto de vista materialista y laboral. Parece como si el individuo se jubilara a los 65 años y ya fuera un trasto inservible, que es apartado por la sociedad y que ya tan sólo debe de estar esperando pacientemente la muerte, lleno de achaques, dolores y pérdidas irreparables. Tal concepto es producto de una sociedad materialista, centrada en la producción y el consumo. Sin lugar a dudas, la filosofía materialista y el materialismo dialéctico, que eclosionó en plena revolución industrial, ha sido uno de los orígenes de esta situación.
Hace dos días se presentó un libro que nos acerca a la experiencia de envejecer, desde la vivencia individual y real. Sin duda, aunque aún no he tenido la ocasión de leerlo, nos aproximará a la vida de los abuelos. Su título “La Experiencia de Envejecer”. Una obra de D. Pedro Gil Gregorio, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, que recoge el testimonio de 44 personas mayores que desarrollan un estilo de vida activo y saludable. Estoy seguro que desterrará tópicos y nos hará reflexionar sobre el concepto de persona mayor, anciano y abuelo.