Un compromiso más allá de las palabras: “Compromiso Ablitas”

Aún recuerdo el cataclismo ideológico y conceptual de la Declaración de Alma Ata del año 1978, cuando los que aún éramos  jóvenes asistíamos a la época fundacional de los pilares esenciales de la Atención Primaria, la reforma sanitaria y la participación ciudadana en los procesos de salud. El espíritu de aquel manifiesto o declaración impregnó muchas vocaciones y las alentaron de entusiasmo y amor por el trabajo bien hecho, por y para el paciente, en un ámbito de relación de tú a tú, a través de una medicina humana, altamente cualificada, efectiva, eficaz y sostenible. En aquella lejana ciudad se gestaron los principios de una revolución asistencial en la forma y en el fondo, para conseguir abordar los problemas  físicos, psicológicos y sociales del individuo de una manera integral: LA ATENCIÓN PRIMARIA.

alma alta

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Después de casi 40 años de aquella paradigmática declaración, debemos reflexionar sobre nuestro camino, los obstáculos y los avances y, sobretodo, sobre qué horizonte queremos alcanzar en las décadas venideras. Por eso,  hace escasas semanas me he sentido encantado con la moderación de la mesa “Compromiso de Ablitas”, que mi buen amigo Pepe Soto ha tenido la gentileza de constituir.

A mediados del año 2014, después de unas jornadas de gestión sanitaria, organizadas en Tudela y Ablitas (Navarra), se realizó una declaración sobre cuál debe de ser  la hoja de ruta en los próximos tiempos para el desarrollo de la asistencia sanitaria, haciendo un hincapié especial en la participación activa del ciudadano en la gestión y desarrollo de las instituciones sanitarias. El Compromiso Ablitas es una hoja de ruta estructurada en 10 puntos clave, a modo de decálogo que ilumina cuales son los núcleos esenciales sobre los que deben de orientarse las acciones de gestión y los procesos sociológicos.

ablitas

Como buena hoja de ruta, las más de 30 organizaciones que han subscrito este documentos deben de velar, no solo por no desviarse de dicho camino, sino por propiciar las acciones pertinentes que faciliten el cambio, un cambio que se hace inevitable hacia la humanización de la asistencia en un marco de participación social activa.