No me considero una persona con pasión por la informática y los mundos virtuales, pero es cierto que desde hace tres años y con la inestimable colaboración de mi mujer, he transitado por mundos alternativos. Fue ella quien me animó a “estar en el mundo”, desde varios perfiles, comenzando con el facebook, para continuar con twitter y crear un blog. Este mismo, que ahora me permite establecer contacto contigo.
Durante estos tres, casi cuatro años, he cambiado de actividad profesional en varias ocasiones, pero mis perfiles internautas se han mantenido: desde mis beligerantes cuitas con la medicina de familia y la universidad, debidas a mi representatividad en el colectivo de médicos de familia, hasta llegar a mi actual desempeño como directivo de la salud madrileña; por supuesto sin dejar de hacer mención de mi paso por RTVE en un programa de salud, controvertido en la actualidad en los medios especializados.
Hace unos días, la Universidad Complutense, y más concretamente la Cátedra de Comunicación y Salud de la Facultad de Ciencias de la Información, me dio la oportunidad de poder compartir con los alumnos mis experiencias virtuales, en este “metamundo de Internet”. Os quiero dejar mi contribución a este curso, a través de mi presentación y por supuesto estar abierto a vuestras aportaciones y comentarios. Pero también y sobre todo, por la frescura de la experiencia de mis compañeras en la mesa, más jóvenes sin lugar a dudas, y no por ello menos impactantes e interesantes que la mía.
Tan solo me gustaría afirmar que para mí ha sido una suerte y un privilegio haber seguido los sabios consejos de mi esposa y tener en este momento una identidad virtual. Es cierto que los contenidos volcados, sobretodo en el blog, se metamorfosean en función de mis desempeños laborales, porque sin duda, también lo hace mi visión del presente. Pero no deja de ser menos cierto, que mis grandes pasiones, subyacen en todos los contenidos: el humanismo médico y mi entusiasmo por las Artes. Y es que, al fin y al cabo, un individuo no deja de ser quien realmente es, por mucho Internet que ponga en su vida.