La espiritualidad de un gran hombre: Leon Tolstoi

Todo el mundo conoce la faceta literaria de uno de los escritores más importantes de la literatura rusa, como Leon Tolstoi; sin embargo pocos conocen que el gran ruso fue un eterno buscador de la verdad. Reflexivo pensador y un hombre esencialmente espiritual. La lectura de su libro “Confesión” nos abre al mundo interno de su autor.

Cuando Mahatma Gandhi puso en orden su mundo interno y decidió crear el movimiento “ahinsa” de la resistencia no violenta contra el imperio británico, su libro de cabecera preferido, junto con los Evangelios y el Gita, era el libero de Leon Tolstoi “El mundo de Dios está dentro de nosotros”. El cristianismo radical y la espiritualidad descarnada del escritor ruso, inspiraron a muchos hombres a lo largo de los siglos. Tolstoi reflexiona acerca del sentido de la vida y de qué puede hacer el ser humano atrapado en este cuerpo y en este mundo. En su intensa búsqueda realiza una relectura y reflexión de los Evangelios, interpretando de una manera personal el Nuevo Testamento, pensamiento que le acarreó importantes conflictos con la Iglesia Ortodoxa, hasta el mismo día de su muerte.

Ese intenso proceso de búsqueda humana y espiritual, le lleva a reflexionar en un texto que él no quiso publicar y que a modo de diario recogió el itinerario espiritual del autor. El texto se tituló “Confesión” y fue publicado póstumamente. El autor disecciona minuciosamente su pensamiento racional y su sentimiento más profundo, en busca de la verdad. Comienza con una aproximación científica y filosófica que le generará insatisfacción, desazón y angustia. Su búsqueda fue tan intensa que cayó en el nihilismo más atroz, llegando a la conclusión de que nada tenía sentido y que era mejor suicidarse. Su determinación fue tan firma que durante varios días una soga colgaba de las vigas de su habitación, a la espera de que las fuerzas le acompañaran para acabar con su existencia.

Como el mundo de la ciencia y el pensamiento no le aportan las claves de su búsqueda, decide bucear  en su propia religión y en el Budismo. Es muy demostrativo cómo el propio Tolstoi compara su estado anímico con la historia de Buda y su enfrentamiento existencial con la vejez, la enfermedad y la muerte. Tolstoi cae en un estado de depresión, no encuentra aliciente para la vida, nada le parece interesante, ni siquiera escribir. Tolstoi ha caído en su infierno particular y es sólo cuando las llamas queman su corazón cuando aflora la solución. La conclusión final de Tolstoi no os la voy a revelar, pues tenéis que remitiros a este interesante libro; sólo os diré una cosa: tras leer el libro “Confesión” de Leon Tolstoi, aprendí su infierno personal, que me sirvió para salir del mío. Todos debemos sentir las llamas de nuestro propio infierno y buscar nuestro sentido en la vida, pero las experiencias de otros seres nos ayudan a estar menos tiempos en el averno.

Enlace al libro: http://repisolibros.blogia.com/2008/022101-confesion-de-tolstoi..php