En estos últimos días todos los medios de comunicación, incluidas las televisiones, han abierto sus secciones informativas y de sociedad con la noticia de que la celebre actriz americana Angelina Jolie, ha decidido extirparse las dos mamas (mastectomía bilateral), porque en un estudio genético, ha aparecido una alta expresividad del gen que está identificado en el carcinoma más frecuente en la mujer.
A los pocos días, pudimos conocer de igual manera que también se realizaría una extirpación de ovarios para impedir la probabilidad del 50% de cáncer ovárico que parece ser tiene la actriz. La noticia de la estrella de Hollywood mutilada está dando la vuelta al mundo, por su importante decisión y la repercusión mediática de ser un personaje público muy conocido y admirado.
Desde mi punto de vista, nada hay que decir entorno a una decisión particular a través de un procedimiento científicamente establecido. La determinación de alta expresividad genética del oncogén del cáncer de mama, en pacientes con antecedentes claramente familiares, va seguida de un planteamiento radical de realizar una doble mastectomía, con posterior reconstrucción plástica de ambas mamas. Mi reflexión va más dirigida al impacto que puede tener este tipo de informaciones en los medios de comunicación de masas, sin la respectiva información científica y la correspondiente educación del ciudadano.
Esto me trae al recuerdo la emisión de una de las primeras novelas latinoamericanas que se televisaron en España en los años 80, titulada “Cristal”. En este folletín venezolano, una de las protagonistas secundarias, tras una palpación de mamas, se auto-descubrió un tumor que en la ficción resulto ser un cáncer de mama. Recuerdo, con verdadero desazón, cómo cientos de mujeres acudían a nuestras consultas afirmando que en una autoexploración se habían descubierto un bulto. Se colapsaron los servicios de ginecología, las consultas mamográficas y las de atención primaria se saturaron.
Al rebufo de aquella situación, aprovechamos para educar y enseñar a las mujeres a realizarse una exploración rigurosa de manera adecuada y los signos fundamentales de alarma. Creo que ahora estamos en un caso similar y debemos aprender de antaños errores, por lo que, ya que al parecer no podemos intervenir en los medios, si deberíamos aprovechar el boom mediático para realizar campañas de educación para la salud, planificadas por las autoridades sanitarias.
Espero y deseo que la población llegue a entender que la mejor lucha contra con el cáncer es la prevención y que no toda prevención consiste en “arrancar de cuajo el problema” mediante una cirugía agresiva. Existen unas indicaciones claras de solicitar el diagnóstico genético para según qué tumores, y este hecho no debe ser generalizado ni obedecer a los deseos irracionales de muchos ciudadanos.