Conviértete en un cínico de los buenos
De manera habitual afirmar que alguien es un cínico, tiene una connotación negativa que hace referencia a que actúa con falsedad o desvergüenza. Cuántas veces hemos afirmado que alguien de nuestro entorno es un cínico porque piensa una cosa, pero actúa de otra manera, haciendo referencia a esa falta de autenticidad que se requiere de una persona honesta y fiable. Sin embargo, pocas personas son las que conocen que el Cinismo fue una de las más importantes escuelas de pensamiento filosófico griego que eran conocidos justamente, por lo contrario, es decir, los cínicos eran personas auténticas, sin miedo a la verdad, críticos con el poder dominante y con importante dominio de sus pasiones. Ellos creían profundamente que el objetivo de nuestra existencia era el perfeccionamiento personal, vivían en la pobreza por elección voluntaria y eran vegetarianos. Lo que tampoco muchas personas conocen es que los cínicos fueron los primeros feministas, pues en una época donde la mujer estaba despojada de la ciudadanía y pertenecía al marido, ellos abogaban por la igualdad de sexos y la legitimidad de la participación de la mujer en cualquier foro. Históricamente la escuela cínica sirve de eslabón entre la escuela socrática y la escuela estoica y ello es debido a que uno de los discípulos más importantes de Sócrates fue Antistenes que fundo dicha escuela tras la muerte por envenenamiento de su maestro. El discípulo más conocido de Sócrates y que ha pasado a la historia por la puerta grande fue Platón que inmortalizo a su maestro a lo largo de sus “Diálogos”, pero que se cree que cuando hubo que acompañar al maestro en la despedida de su ultimo día en prisión, estaba enfermo y no pudo despedirse de Sócrates. Quien sí estuvo fue Antistenes que no solo acompaño al maestro en sus últimas horas, sino que trata de llevar a la práctica de la vida cotidiana las enseñanzas socráticas y creo el estilo de vida cínico. Los cínicos eran filósofos incomodos y anti-sistemas por sus continuadas criticas al poder establecido y a la hipocresía de las normas y hábitos de vida de la poli griega. Estas situaciones añadidas a la rivalidad de la “filosofía oficial” representada por el impecable Platón y su apabullante producción literaria, fueron arrinconando a la filosofía cínica a los márgenes de la filosofía. Antistenes tuvo como discípulo a Diógenes, un gran trasgresor y provocador y a su vez este tuvo de discípulo a Crates de Tebas que fue maestro del primer filosofo estoico, Zenón de Chipre. Se piensa que Zenón y por ello la escuela cínica lo que hizo fue dulcificar y “descafeinar” la vida cínica para tratar de hacerla más liviana a los ciudadanos atenienses.
Cínico significa “perro” y con este animal se identificaban los filósofos en cuanto a una vida sencilla y en total libertad. Usaban barba, llevaban un sencillo manto y un callado, por eso se les distinguían. Muchos vivían en la calle y a la intemperie y pasaban por ser vagabundos. El cínico utilizaba la ironía y la paradoja como forma de acometer las discusiones y reflexiones y en esto eran muy similares a los maestros Zen del budismo con sus Koans y acertijos paradójicos. En definitiva, todos unos personajes que la historia ha relegado al olvido por la incomodidad de sus posicionamientos y por la eclosión de las escuelas filosóficas oficialistas como la platónica y la aristotélica. En estos momentos que se están redescubriendo la sabiduría antigua presocrática y la gran aportación a la cultura y el pensamiento occidental, los cínicos están más candentes que nunca. Así que atrévete a experimentar la vida cínica y se feliz.