Cáncer de próstata…, la experiencia.

El  enfermo consulta por problemas puntuales al médico, pero este  ha  de conocer y contemplar la realidad del enfermo como un todo; en este caso, un todo disarmónico, sin obsesionarse con el síntoma.

Es evidente que es el síntoma el que marca la directriz y la urgencia en resolver el malestar; entre otras muchas cosas, porque el síntoma produce disfunción, molesta, duele, imposibilita…

A veces hay que tener en cuenta que la resolución del síntoma y la prevención de la progresión de la enfermedad, puede derivar en otros síntomas con mayor impacto en el enfermo, no atribuidos a la propia enfermedad, sino al procedimiento para su resolución. Es el caso del cáncer de próstata y del tratamiento que, en la mayoría de los casos se aplica: la prostatectomía. Hay que tener muy presente en todo momento al paciente y, en el caso de este tipo de pacientes, su relación de pareja y su vida sexual.

El médico no debe limitarse a diagnosticar y tratar el cáncer de próstata, sino lo que representa en el enfermo, que no será lo mismo para uno que para otro. Debemos conocer los matices psicológicos y existenciales de cada individuo.

Hay un mundo del enfermo que pocas veces se inspecciona. Nos interesa saber si es feliz, qué piensa de la vida, qué estructura de pensamiento tiene, si es creyente, si moviliza energías psicológicas y espirituales. Conocer su familia, su pareja, su entorno, sus motivaciones, sus anhelos, sus miedos… ¿Tenemos en cuenta realmente todos estos aspectos del ser enfermo?. Conozcámoslos mejor escuchando sus testimonios. (pincha en la imagen)

cancer de prostata, mi experiencia