A finales de los años 60, en un hospital madrileño, un joven psiquiatra de origen colombiano, le pedía permiso a su Jefe de Servicio, el mítico Dr. López Ibor, para hacer su tesis doctoral sobre la influencia de los estados meditativos en la actividad cerebral. El Dr. López Ibor, con la amplitud de miras intelectual que le caracteriza y su aguda intuición, le animó a buscar meditantes para poder tener una casuística adecuada, es decir, como decimos en ciencia, “una N”, que fuera representativa para el estudio.
En la España del tardofranquismo, hallar personas que se dedicaran a la meditación era algo bastante inusual. Por ello, este joven psiquiatra, viajó a la India, China y Japón, con un viejo electroencefalógrafo portátil, realizando miles de registros cerebrales y observando lo que acontecía en lo más intimo del cerebro humano, cuando una persona adopta una metodología meditativa. Después de 5 años de intenso trabajo y múltiples viajes, regresa a España, monta y analiza su material y concluye que es posible, mediante una serie de técnicas, alterar los ritmos eléctricos del cerebro y además, observa que estos ritmos alteran la conciencia, ampliándola e incrementando los beneficios en la salud física y mental.
Nuestro joven psiquiatra, «remasteriza» los ejercicios de yoga, zen y meditación tibetana y añade técnicas cognitivistas y, como resultado, crea un método occidental de meditación y trabajo con la mente, que tendrá un gran impacto en la salud integral del ser humano. A este nuevo método le denomina «conocimiento de la mente en armonía« o lo que es lo mismo, lo rebautiza en griego con su traducción: SOFROLOGIA. El nombre de su creador, un gran desconocido, Alfonso Caycedo.
Llevo más de 25 años entrenando a pacientes con este método y los resultados son alentadores en múltiples circunstancias, desde trastornos mentales o del aprendizaje, hasta patología cardiopulmonar y psicosomática, y también en medicina paliativa. En este punto, me asalta la duda, de si el padre de la medicina psicosomática, el Dr. Rof Carballo, coetáneo de Caycedo, seria conocedor de esta técnica. Lo investigaré y os mantendré informados, y si alguno de vosotros me puede ayudar, lo agradeceré.