Acaba de aparecer en la editorial Grijalbo una extraña novela del autor francés Frédéric Lenoir, titulada «La palabra de fuego«, que no dejará indiferente, por la combinación de géneros, por su trama argumental y por su amenidad. Hace un par de años este mismo autor ya nos sorprendió con una novela de iniciación de marco histórico: «El oráculo de la luna», que me pareció una novela muy bien trabajada, con oficio y sobretodo con gran conocimiento de la materia a tratar, en este caso concreto las tradiciones religiosas. Lenoir es filósofo y experto en tradiciones religiosas y por ello, los temas elegidos para sus novelas suelen ser de corte histórico,tratando temas relacionados con la Fe y la espiritualidad.
En el caso que nos ocupa de «La palabra de fuego», no se desvía el autor de sus principios y traza una novela sinfónica, articulada en tres tramas, separadas en el tiempo y que confluyen en el núcleo central de su novela. Una de las tramas se desarrolla en la Pompeya de la época de Vespasiano y Tito, y por lo tanto sitúa la trama en los momentos precedentes a la erupción del Vesubio que destruyó la ciudad. La segunda trama la sitúa en la Francia que vio nacer el esplendor monástico de Cluny, y la tercera en la vida de una arqueóloga francesa contemporánea. Aunque las tramas están temporalmente separadas en tiempo y espacio, de una manera magistral, el autor nos va conduciendo sutilmente de la mano, para llevarnos a un punto de confluencia, no solo de la trama, sino incluso de los personajes, donde podemos adivinar que todo en la existencia está intensamente unido por lazos difíciles de vislumbrar. Esta novela es extraña de clasificar en su género, pues es una novela histórica, a la vez que presenta intriga y bebe del género policiaco, sin dejar de abordar temas de gran importancia como la reencarnación, la fuerza de la fe o la organización administrativa de los monasterios medievales. Leloir deja un final abierto, que sospecho inaugurará una saga de títulos y que dará contenidos a esas palabras de fuego.
El autor escribe con una prosa clara, sencilla y crea una trama sustentada en unos hallazgos arqueológicos de trascendente interés para la humanidad. Leyendo este libro, mi imaginación ha volado a mi visita hace dos años a la ciudad de Pompeya y Herculano y me ha llevado a volver a vislumbrar las calles, los lupanares, las tiendas de los comerciantes y a las pétreas figuras yacentes de sus habitantes que vieron aniquiladas sus vidas de manera súbita por la fuerza del volcán. Libro ameno, entretenido y que deja la miel en los labios.
No quiero pasar la ocasión de mencionar algunos ensayos filosóficos de nuestro autor, que han hecho de él, una de las figuras más reputadas de la intelectualidad francesa, como es «Breve tratado de la vida interior» o un profundo estudio sobre la masonería, titulado «La saga de los Masones». En su vertiente literaria, me sigo quedando con «El oráculo de la luna».
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